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Autores de las bandas sonoras de las películas

 

Parte I – el cine mudo y la crisis del sonoro

1.- John Stepan Zamecnik-photoplay music

John Stepan Zamecnik fue uno de los compositores más prolíficos y destacados dentro de este tipo de música. Escribió cuatro volúmenes de música para películas para la editorial «Sam Fox Publishing Company», en Cleveland, antes de moverse a Los Angeles para trabajar directamente en Hollywood. Primero continuó con la escritura de más photoplay music y, cuando su profesionalidad fue ampliamente reconocida, varias bandas sonoras originales.

Zamecnik escribió unas cuantas, siendo la más conocida de ellas la de «Wings», de William Wellman, que tuvo el honor de ganar el primer Oscar a la mejor película de la historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Películas

1923 "El carro cubierto"

1926 "Hijos del Mar"

1928 "La Marcha Nupcial"

1931 "Estrictamente Dishonorable"

1932 "Mirando el lado bueno"

1933 "El poder y la gloria"

1934 "Medianoche"      

1935 "Charlie Chan en Egipto"

1937 "Jinetes de la Calavera de Whistling"

1938 "El Terror de Tiny Town"

 

2.- Camille Saint Saëns y Mikhail Ippolitov Ivanov

pioneros de la banda sonora original

crearon dos versiones de su composición: una orquestal, para acompañar sus películas en grandes salas y eventos, y otra para piano, para que su música también pudiese sonar en cines más modestos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Suites musicales

 

"El Carnaval de los Animales"

"El Cisne"

 

 

 

3.- Gottfried Huppertz

primera edición discográfica de una banda sonora

 

Íntimo amigo de Fritz Lang y Thea Von Harbou, fue el elegido por ellos para componer la banda sonora de su gran épica en dos partes sobre la Saga Volsunga, «Los Nibelungos», algo que hizo a partir del guión que le envió Von Harbou.

El estreno fue un desastre pues Lang no acabó de editar la película hasta última hora y, por esos cambios en el montaje, la música no siempre encajaba bien con las imágenes: algunos temas se quedaban cortos, otros largos y en varios momentos no acompañaban bien la acción. Sin embargo la película fue un éxito y su banda sonora recibió unas críticas estupendas, hasta el punto de que fue grabada y editada en 78 rpm, convirtiéndose en la primera banda sonora publicada en disco de la historia.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Películas

Die Nibelungen: Siegfried (1924)

Die Nibelungen: Kriemhilds Rache (1924)

Zur Chronik von Grieshuus (Las Crónicas de la Casa Gris) (1925)

Metropolis (1927)

Der Judas von Tirol (El Judas de Tirol) (1933)

Elisabeth und der Narr (1934)                                  

Hanneles Himmelfahrt (1934)

Domino Der Grüne (1935)

 Al otro lado del desierto (1936)

 

 

 

4.- Edmund Meisel
la música como invitada de las imágenes

 

 Edmund Meisel (músico) y Sergei M. Einsenstein (director), con una visión completamente diferente, trabajaron en lo contrario: la música debía acompañar a la película, pero debía ser independiente, no parte de ella.

Para Einsenstein el cine era, ante todo, imagen y montaje. La música vendría después. Por eso encargó a Meisel no la banda sonora de «El acorazado Potemkin», sino una primera banda sonora. La idea del director ruso es que cada veinte años se reestrenase su película con una banda sonora nueva y adaptada a los tiempos. Y vaya si lo consiguió…

 

Aparte de esa primera composición de Meisel «El acorazado Potemkin» ha sido proyectado con música orquestal de Dmitri Shostakovich y de Nikolai Kriukov, con versiones electrónicas de Pet Shop Boys, Eric Allaman y de Del Rey & The Sun Kings, e incluso con una version de jazz de la Club Foot Orchestra, entre muchas otras bandas sonoras que ha tenido.

Sin embargo el trabajo de Meisel no fue tan fugaz o secundario como Eisenstein habría pretendido. Su banda sonora, pese a haber sido escrita en 12 días, recibió tan buenas críticas y fue tan elogiada que hizo que la película fuese demandada por muchos países para su explotación comercial, convirtiéndose en un gran éxito a nivel internacional. Hoy sigue valorándose como la mejor de todas las que ha tenido y es la que aparece en su edición en DVD.

Además, la influencia de Meisel fue enorme. Continuó trabajando con Eisenstein, en «Oktubre», y con otros directores, como con Arnold Fanck en «La montaña sagrada» (el primer contacto de Leni Riefenstahl, como actriz, con el cine), o con Walter Ruttmann en «Berlín; sinfonía de una gran ciudad», y escribió varios tratados sobre composición y el uso de la música en el cine.

Tanto sus trabajos artísticos como los teóricos tuvieron un gran eco en Europa y Hollywood, y toda una generación de músicos compusieron música de cine siguiendo el ejemplo y los preceptos de Meisel. Pese a su corta carrera (murió con 36 años) quizá haya sido el más influyente de los compositores de la época del cine mudo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Películas

El acorazado Potemkin (1925)

La montaña sagrada (1926)

 

 

5.- Carl Stalling
sincronización milimétrica

Cuando Carl Stalling y Walt Disney comenzaron a trabajar juntos vieron que la unión del cine sonoro y la animación les daba la posibilidad de hacer algo, hasta el momento, imposible: la perfecta sincronización del movimiento de la imagen con la música. Al tratarse de animación se podía ajustar cada imagen, literalmente, al milímetro, con cada nota musical. Para ello Disney y Stalling trabajaban juntos y música y dibujo iban surgiendo al mismo tiempo, generando una ideas para el otro y viceversa. Además, los golpes, los efectos sonoros y los grititos de los personajes se incorporaban a la música, pasando a formar parte de ella.

 

Carl Stalling, tras romper su asociación con Disney, se pasó a la Warner, donde fue el director musical de su departamento de animación, componiendo, editando y produciendo más de un millar de piezas sonoras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Películas

The Skeleton Dance (1929)

Porky's Preview(1941)

 

 

6.- Max Steiner

King Kong y la superación de la crisis del sonoro

 

A Max Steiner se le ha criticado por ser muy redundante y bombástico, por abusar del mickeymousing y ser poco innovador. Pero, a pesar de ello, nos he dejado bandas sonoras tan inolvidables como «Casablanca», «Una trompeta lejana», «El delator» o la bellísima «Lo que el viento se llevo», y aunque sólo hubiese compuesto «King Kong», por la relevancia que tuvo esa película, ya deberíamos recordarlo y hablar de él.

 

En esta película las escenas de diálogo se ven acompañadas por otras largas escenas en las que lo que destaca es la relación entre la música y la acción. Igual que Stalling, los efectos sonoros se integran en la composición y la música acompaña a la acción, marcándola y dándole vida, y caracterizando los ambientes donde esta transcurre, como la música de inspiración tribal que acompaña a los aborígenes de la Isla Calavera.

El inmenso éxito de «King Kong» y lo efectiva que resultó su partitura hizo que los demás estudios comenzasen a contratar músicos y a encargar bandas sonoras de corte sinfónico al estilo de la de «King Kong».

Steiner, pese a algunas críticas, tuvo un gran prestigio y popularidad y su larga carrera estuvo llena de éxitos y premios

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Películas

Ave del paraíso(1932)

King Kong(1933)

La patrulla perdida(1934)

El delator(1935)

La extraña pasajera(1942)

Desde que te fuiste(1944)

Más allá de las lágrimas(1955)

Una mujer espera(1964)

 

7.- Sir Arthur Bliss
la revolución llega a Europa

Korda sabía que una de las razones del éxito y la popularidad tanto de «King Kong» como de «Metrópolis» habían sido sus impactantes bandas sonoras, así que habló con el director musical de su empresa, Muir Mathieson (de quien hablaremos más en el siguiente post), y le encargó que buscase al mejor compositor posible.

Mathieson se aproximó a Arthur Bliss, un prestigioso músico británico que había destacado tanto por sus complejas composiciones de música de vanguardia como por otras piezas más fáciles de escuchar y que, en seguida, se habían hecho muy famosas. Le pareció un autor muy compleo, abierto a la innovación y que podría lograr una composición que combinase calidad con efectividad
.

 

La crisis que había supuesto la llegada del sonoro también llegaba a su fin en Europa.

Arthur Bliss, pronto Sir Arthur Bliss, continuó compaginando la composición de música orquestal y Coral con la de bandas sonoras tanto para el cine como para la televisión. De entre todas, quizá mi favorita sea la del «Cristobal Colón» de 1949, una película mediocre con una banda sonora magistral.

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Películas

La Vida Futura (1936)

Abandon Ship (1957)

 

 

 

 


 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

                                                                                                                       

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